viernes, septiembre 15, 2006 |
Del silencio y la enfurecida realidad. * |
 Llamadas telefónicas. Roberto Bolaño Editorial Anagrama Año 1997 208 páginas.
Hace pocas semanas llegó a mis manos “Llamadas telefónicas”; primer libro de cuentos del ya fallecido Roberto Bolaño, el cual reúne en 3 capítulos, 14 cuentos dispares cargados de derrotas no asumidas, perseguidores perseguidos, humor negro y de un silencio expresivo y enfermizo, que parecen configurar un rompecabezas nebuloso y algo convexo.
La intensidad, el misterio y la resignación (de la cual hace gala Bolaño en toda su obra), nos muestran a la realidad tratando de imitar a la ficción, donde el escritor no se separa de sus personajes y la vida se mezcla con el horror más terrible: el cotidiano, escarbando en lo más profundo de la naturaleza humana y las relaciones sociales. Ejemplo de esto es el cuento “Detectives”, el cual relata la historia de dos detectives en los primeros años de la dictadura militar; éstos encuentran a uno de sus compañeros de colegio en una comisaría, preso en las peores condiciones. Ese compañero es el propio Bolaño.
Por otra parte cuentos como “Joanna Silvestri” (relato genial sobre el mundo del cine porno en los ochenta) nos enredan en la sordidez y el humor cargado de ironía y situaciones inesperadas, matizando cromáticamente el compendio.
“¿A quién busca este hombre? ¿A un fantasma? Yo de fantasmas sé mucho, le dije la segunda tarde, la última que vino a visitarme, y él compuso una sonrisa de rata vieja, rata vieja que asiente sin entusiasmo, rata vieja inverosímilmente educada (…) le di trato de detective, tal vez mencioné la soledad y la inteligencia y aunque él se apresuró a decir no soy detective madame Silvestri, yo noté que le había gustado que se lo dijera, lo miré a los ojos cuando se lo dije y aunque aparentemente ni se inmutó yo noté el aleteo, como si un pájaro hubiera pasado por su cabeza” (Joanna Silvestri).
Considerable, es cómo los relatos van quedando abiertos con la intención de que se entrelacen con otros relatos, presentes en el mismo libro o en algún lugar de la amplia obra de Bolaño, no perdiéndose palabra ni sentido alguno, en la nebulosa creada para estos efectos, entregándole mayor intensidad a los cuentos e interés de descubrir a los personajes que se esconden tras la trama.
Un libro sólido, el cual gana por varios cuerpos a “Putas asesinas” (Anagrama, 2001) en cuanto a uniformidad y consecuencia se trata, convirtiéndose en uno de los mejores inventarios de cuentos de la literatura chilena de las últimas décadas y en uno de los decálogos escatológicos más crudos, impredecibles y enigmáticos, donde los peligros, las obsesiones, los escritores mercenarios y los límites de la locura bailan... con la furiosa realidad.
*Texto publicado en Rude Boys Zine, año 2006 |
posted by Juan Francisco Gore @ 5:02 p. m.   |
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